MatchaClub es una marca que gira en torno al ritual del matcha como un acto de pausa, presencia y comunidad. Funciona como un híbrido entre espacio cultural y cafetería, pensado para personas que valoran el diseño, los pequeños rituales y el bienestar. Más que un café, es un punto de encuentro: un club para quienes comparten una sensibilidad estética y una forma particular de habitar el mundo.

Muchas marcas de matcha tienden a lo predecible: estéticas suaves, espiritualidad impostada o una visión naïve del bienestar. El reto era construir una identidad visual editorial, con carácter y precisión gráfica, que se diferenciara desde el primer vistazo y conectara con un público exigente a nivel visual.

Se creó una identidad visual que parte del concepto de ritual, pero sin caer en lugares comunes. El diseño combina estructuras limpias con un uso intencional del color y la tipografía, alejándose de la estética etérea o espiritualizada que domina en el mundo del matcha.
Desde el inicio se buscó un lenguaje gráfico claro, editorial y con criterio, inspirado más en el diseño contemporáneo que en lo wellness tradicional. La marca transmite pausa, sí, pero también intención, mirada y detalle. MatchaClub no quiere relajarte, quiere invitarte a mirar dos veces. Su identidad visual también actúa como tejido común: propone un lenguaje compartido entre personas que buscan algo más que una bebida, una forma de estar y conectar.