THE SECRET GARDEN
Branding y comunicación.

EL CLIENTE
The Secret Garden es una floristería poco convencional que busca romper con la estética clásica y cursi del universo floral. Es un espacio vibrante, salvaje y casi mágico, donde la naturaleza no se domestica, sino que se libera.
EL PROBLEMA
El reto consistía en construir una identidad de marca que se alejara por completo de los códigos tradicionales del sector (flores delicadas, tonos pastel, lazos y tipografías ornamentales) y diera paso a una narrativa visual más salvaje, misteriosa y con personalidad propia. La marca necesitaba transmitir carácter y atmósfera sin perder sofisticación.
LA SOLUCIÓN
Se creó una identidad visual inspirada en lo botánico y lo fantástico, con referencias al imaginario victoriano. El sistema gráfico se construye desde la ilustración y los detalles narrativos: el mono con la llave se convierte en el símbolo central, una figura que actúa como guardián del secreto y narrador silencioso de la marca. La paleta cromática, los recursos tipográficos y los elementos visuales refuerzan el tono enigmático, sensorial y mágico del universo de The Secret Garden.
El desarrollo partió de una fase de exploración visual y conceptual, tomando como referencia ilustraciones antiguas, bestiarios y archivos botánicos. A partir de este imaginario, se definió una dirección estética con tintes oscuros y evocadores, que permitiese generar un universo propio lleno de texturas, símbolos y pequeñas historias gráficas.
La identidad posiciona a The Secret Garden como una floristería con carácter, que no solo vende plantas, sino que invita a habitar una experiencia sensorial distinta. La marca destaca en un mercado saturado de códigos dulces y minimalistas, generando una conexión inmediata con un público que busca lo inesperado, lo emocional y lo narrativo.


